Hipertensión arterial

Hipertensión arterial
Clasificación Internacional (CIE) I10.-
Síntomas Fatiga, Hemorragia nasal, Enrojecimiento de la cara, Dificultad para respirar, Náuseas, Dolor de cabeza, Vértigo y trastornos del equilibrio, Ansiedad/nerviosismo, Dificultad para respirar, Sensación de presión en el pecho, visión defectuosa
Posibles causas Enfermedad renal, metabólica o vascular, enfermedad hormonal, predisposición genética, Hipertiroidismo, Estrés
Posibles factores de riesgo Falta de ejercicio, Demasiada sal, Demasiado alcohol, Demasiado poco potasio, Fumar, la vejez, Gene, Sobrepeso, Resistencia a la insulina
disease.indicated_substances Amlodipino , Bisoprolol , Nifedipino , Enalapril , Lisinopril , Ramipril , Candesartán , Losartán , Valsartán , Metoprolol , Nebivolol , Hidroclorotiazida (HCT) , Indapamida , Espironolactona , Lercanidipino

Conceptos básicos

En el caso de la tensión arterial alta (hipertensión arterial), los valores de la tensión arterial medible son elevados durante un periodo de tiempo más largo. El término médico hipertensión arterial se compone de las palabras latinas "arterial" (perteneciente a la arteria) e "hipertensión" (exceso de presión). Según las directrices actuales de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC), hablamos de hipertensión arterial si los valores de presión arterial sistólica superan los 140 mmHg (milímetros de columna de mercurio) o los valores diastólicos superan los 90 mmHg. La hipertensión arterial es la enfermedad interna más frecuente y es una de las enfermedades clásicas más extendidas, siendo la prevalencia de la hipertensión en adultos en Europa de alrededor del 30%. La prevalencia de la hipertensión arterial también depende del peso corporal, el nivel socioeconómico y el sexo: en general, los hombres se ven afectados con mayor frecuencia por la hipertensión arterial.

Valores sistólicos y diastólicos

El corazón bombea sangre al organismo con cada latido, creando una presión dentro de los vasos sanguíneos que puede medirse, por ejemplo, con un manguito de presión arterial. El valor ideal de la tensión arterial es de 120 / 80 mmHg. El primer valor, generalmente más alto, se conoce como tensión arterial sistólica y el segundo, normalmente más bajo, como tensión arterial diastólica. La sístole es la fase en la que el músculo cardiaco se contrae y expulsa sangre del ventrículo izquierdo. Se contrapone a la diástole, en la que el corazón se relaja y puede volver a llenarse de sangre. La tensión arterial suele medirse con un manguito en el brazo o de forma invasiva con un sensor en las arterias. El manguito debe colocarse siempre a la altura del corazón durante la medición.

La unidad de medida de la tensión arterial es, por razones históricas, mmHg. Son las siglas de milímetros de mercurio. La hipertensión arterial se define como una presión arterial superior a 140 mmHg en sístole o superior a 90 mmHg en diástole.

Una tensión arterial única moderadamente alta no suele suponer ningún peligro agudo, pero los valores altos de tensión arterial durante un periodo de tiempo prolongado tienen efectos negativos sobre el corazón, los vasos sanguíneos, los riñones, los ojos y el cerebro. También aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares como infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares. Este riesgo puede reducirse significativamente tratando la hipertensión arterial.

Riesgo cardiovascular

La necesidad de tratar la hipertensión arterial y la forma de hacerlo dependen de la tensión arterial medida y también del riesgo general de enfermedad cardiovascular. Otras enfermedades como el síndrome metabólico, los lípidos elevados en sangre (dislipidemia) y la diabetes mellitus también pueden aumentar el riesgo cardiovascular. Por lo tanto, se recomienda una categorización del riesgo cardiovascular global. En Europa se recomienda para ello la herramienta de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) o el test de salud PROCAM, que tiene en cuenta factores como la presión arterial sistólica, el sexo, el hábito de fumar, la edad y los valores de lípidos en sangre. Con ellos se puede clasificar a los pacientes en grupos según el riesgo calculado. Según las recomendaciones de la ESC, el riesgo cardiovascular se clasifica, por ejemplo, mediante el sistema SCORE.

Tabla general de valores de tensión arterial sistólica y diastólica:

Denominación

sistólica en mmHg

diastólica en mmHg

Óptimo< 120< 80
Normal120 - 12980 - 84
Normalalto130 - 13985 - 89
Hipertensión grado 1
140 - 15990 - 99
Hipertensión grado 2160 - 179100 - 109
Hipertensión de grado 3≥180≥ 110
Hipertensión sistólica aislada≥140< 90

Los valores de presión arterial superiores a 180/110 mmHg (grado 3) con evidencia de daño orgánico agudo son definidos por la ESC como una emergencia hipertensiva. Esto requiere tratamiento médico inmediato.

Un estado con valores de presión arterial superiores a 180/110 mmHg sin daño orgánico pero con síntomas adicionales también se conoce como crisis hipertensiva.

El término descarrilamiento hipertensivo también se utiliza ampliamente y suele describir valores elevados de presión arterial en el sentido de un grado 3 sin síntomas ni daños orgánicos.

Sin embargo, los términos crisis hipertensiva o descarrilamiento no están definidos de manera uniforme y también se utilizan de forma diferente.

Causas

Hipertensión esencial (primaria)

Si no se encuentran causas orgánicas para la hipertensión, ésta se denomina hipertensión primaria o esencial. Afecta aproximadamente al 90% de los pacientes. La hipertensión esencial presenta un gran número de factores de riesgo y se conoce una predisposición genética (poligénica).

Los factores de riesgo modificables para el desarrollo de hipertensión arterial son

  • estrés

  • ejercicio insuficiente

  • Comer demasiada sal

  • Comer demasiada grasa

  • Alimentación pobre en potasio

  • demasiado alcohol

  • tener sobrepeso

  • fumar

  • resistencia a la insulina

Los factores de riesgo no modificables para el desarrollo de hipertensión arterial son

  • Casos frecuentes de hipertensión en la familia

  • la edad

  • El sexo (los hombres con más frecuencia que las mujeres)

Ciertas enfermedades se asocian con mayor frecuencia a la hipertensión arterial:

Si las enfermedades mencionadas se presentan junto con la hipertensión, se habla de síndrome metabólico.

Hipertensión secundaria

La hipertensión también puede estar causada por otras enfermedades, por lo que se denomina hipertensión secundaria. Afecta aproximadamente al 10% de los pacientes. Las causas más frecuentes son las enfermedades renales, metabólicas o vasculares.

Entre las posibles causas de hipertensión secundaria se incluyen

  • Síndrome de apnea obstructiva del sueño: pausas en la respiración durante el sueño debidas a un estrechamiento de la garganta.

  • Enfermedades renales: Restricción de la función renal debido a daños en el tejido renal o estrechamiento de los vasos renales.

  • Estenosis del istmo aórtico: estrechamiento de la aorta.

  • Síndrome de Conn (hiperaldosteronismo primario): Tumor suprarrenal a menudo benigno que provoca una sobreproducción de aldosterona con la consiguiente hipertensión arterial y carencia de potasio.

  • Síndrome de Cushing: niveles excesivamente altos de cortisona en sangre debidos a medicación o a tumores productores de hormonas.

  • Feocromocitoma: Tumor suprarrenal frecuentemente benigno que produce catecolaminas. Los síntomas son hipertensión arterial episódica con cefaleas, mareos y palpitaciones.

  • Síndrome adrenogenital: Trastorno metabólico hereditario causado por un defecto enzimático en el que la producción de aldosterona y cortisol en la glándula suprarrenal está alterada.

  • Acromegalia: Liberación incontrolada de hormonas del crecimiento por un tumor de la hipófisis. Las extremidades se agrandan.

  • Trastornos tiroideos: Hiperactividad de la glándula tiroides(hipertiroidismo).

  • Hiperparatiroidismo: Aumento de la producción de la hormona paratiroidea.

Otras causas y la medicación también son posibles causas de hipertensión secundaria. Entre ellas se incluyen

  • hipertensión neurogénica (por ejemplo, inflamación cerebral)

  • hipertensión psicógena (por ejemplo, debida al dolor)

  • anticonceptivos orales

  • antiinflamatorios no esteroideos (AINE)

  • medicamentos inmunosupresores

  • medicamentos tumorales

  • estimulantes hematopoyéticos (EPO)

  • esteroides anabolizantes

  • Estimulantes y drogas

  • regaliz

Formas especiales de hipertensión arterial

  1. Hipertensión de consultorio: La llamada "hipertensión de guardapolvo blanco" se refiere a valores repetidos de tensión arterial superiores a 140/90 mmHg cuando se miden en un consultorio médico. Sin embargo, los valores en casa son normales.

  1. Hipertensión ambulatoria aislada: la denominada "hipertensión enmascarada" se refiere a valores normales de presión arterial en la consulta del médico con valores elevados de presión arterial en las mediciones domiciliarias o en la monitorización ambulatoria de la presión arterial (MAPA). Esta forma de hipertensión suele darse en hombres jóvenes, fumadores o con antecedentes familiares de hipertensión. La tasa de mortalidad es casi tan alta como en el caso de la hipertensión no tratada.

  1. Hipertensión sistólica juvenil aislada: Esta forma especial de hipertensión afecta principalmente a adolescentes o adultos jóvenes altos, delgados y atléticos. La tensión arterial sistólica es elevada cuando se mide convencionalmente en la parte superior del brazo. Sin embargo, en este caso no suele ser necesario un tratamiento antihipertensivo.

Síntomas

La hipertensión arterial moderada suele causar pocos síntomas y éstos pueden estar ausentes durante mucho tiempo. Por ello, la enfermedad suele descubrirse tarde como hallazgo incidental -en el marco de un chequeo- o como urgencia en el curso de una crisis hipertensiva. A veces, sin embargo, la hipertensión nocturna provoca dolor de cabeza a primera hora de la mañana o trastornos del sueño.

Los posibles síntomas de la hipertensión arterial pueden ser

  • Mareos

  • dolor de cabeza

  • fatiga

  • nerviosismo

  • hemorragias nasales

  • Falta de aliento

  • falta de aliento

  • dolor torácico

  • enrojecimiento de la cara

  • alteración de la visión

  • náuseas

Una presión arterial elevada durante un periodo prolongado puede dañar varios órganos y causar complicaciones secundarias.

Diagnóstico

El cribado de la hipertensión debe realizarse a todos los adultos a partir de los 18 años. Si los resultados son normales, se recomienda un control de la tensión arterial al menos cada 5 años. Los valores muy normales deben controlarse anualmente. Si ya se conoce la existencia de hipertensión arterial, lo ideal es que los afectados se midan la tensión arterial a diario y que un médico compruebe periódicamente los valores registrados.

Blutdruckmessung (iStock / Ake Ngiamsanguan)

Si se detecta hipertensión arterial durante una visita al médico, suele verificarse mediante nuevas mediciones en casa. Sólo si los valores son muy elevados deben iniciarse de inmediato las aclaraciones y el tratamiento, a veces incluso en el hospital.

La sospecha de hipertensión puede confirmarse con la ayuda de varios valores tomados en casa o mediante mediciones a largo plazo durante 24 horas.

Para aclarar la hipertensión, debe realizarse una consulta médica (historia clínica) y una exploración física. Esto suele revelar una serie de factores que influyen en el diagnóstico y el tratamiento.

También deben realizarse de forma rutinaria otras pruebas, como una muestra de sangre y una muestra de orina. Pueden ser útiles procedimientos especiales, como una ecografía del corazón, los riñones o los vasos del cuello y un examen del fondo del ojo, sobre todo si se sospecha que existen lesiones orgánicas o indicios de hipertensión secundaria.

Terapia

El principal objetivo del tratamiento de la tensión arterial es reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares graves, como accidentes cerebrovasculares o infartos de miocardio. Esto se consigue reduciendo la presión arterial y optimizando otros factores de riesgo, como los niveles elevados de lípidos o azúcar en sangre. La optimización del tratamiento de la tensión arterial permite reducir el riesgo de infarto en un 25%, el de ictus en un 40% y el de insuficiencia cardiaca izquierda en un 50%.

En general, tres aspectos desempeñan un papel importante en la terapia de la hipertensión:

  1. Nivel de presión arterial (sistólica, diastólica, amplitud)

  2. Riesgo individual de cardiopatía coronaria (según la puntuación PROCAM o ESC)

  3. Daño orgánico hipertensivo existente

Por regla general, la terapia debe iniciarse a partir de un valor de 140/90 mmHg. En personas que tienen más de 80 años en el momento del diagnóstico inicial, también pueden aceptarse valores más altos y la terapia sólo está indicada a partir de valores de 160 mmHg sistólicos.

Los valores objetivo durante la terapia de la presión arterial son valores inferiores a 130/80 mmHg hasta los 65 años. Para las personas mayores de 65 años, el objetivo suele ser un valor de tensión arterial sistólica inferior a 140 mmHg. El requisito previo es siempre que la terapia se tolere bien. Deben evitarse los valores de tensión arterial excesivamente bajos durante el tratamiento (hipotensión), especialmente en las personas mayores, ya que pueden aumentar el riesgo de caídas, por ejemplo.

Estilo de vida

La hipertensión primaria puede mejorarse mediante un cambio en el estilo de vida y las siguientes medidas constituyen la terapia básica para cualquier hipertensión arterial:

  • Reducción de peso (IMC aprox. 25 kg/m2)

  • Ejercicio físico regular (por ejemplo, caminar, correr, nadar)

  • Dieta mediterránea

  • Omisión de medicación que favorezca la hipertensión (por ejemplo, AINE)

  • Reducción de la sal en la dieta (5-6 g NaCl/d)

  • Menos o nada de alcohol y cafeína

  • No consumir nicotina

  • Baños calientes o sauna suave

Si los cambios en el estilo de vida no son suficientes, se prescribe medicación adicional. Con las medidas anteriores, alrededor del 25% de los casos de hipertensión leve (grado de gravedad 1) pueden normalizarse. En caso de hipertensión secundaria, siempre debe tratarse la enfermedad subyacente.

Medicamentos

Para el tratamiento farmacológico de la hipertensión arterial se dispone de toda una gama de sustancias activas, que suelen combinarse para alcanzar valores óptimos de tensión arterial. La terapia combinada doble (preferiblemente una combinación fija) aumenta el cumplimiento del tratamiento. Las excepciones son los pacientes con hipertensión leve (grado de gravedad 1) y bajo riesgo cardiovascular, así como los pacientes mayores de 80 años. En la mayoría de los casos, se selecciona inicialmente una dosis baja, que se aumenta con el tiempo según las necesidades. El tratamiento suele durar toda la vida. Es necesario realizar revisiones médicas periódicas y ajustar la dosis en función de la edad, el estilo de vida y los posibles efectos secundarios.

Una vez iniciado, el tratamiento de la tensión arterial no debe interrumpirse nunca sin consultar al médico, ya que es posible que se produzcan fluctuaciones graves de la tensión arterial con crisis hipertensivas.

Los cinco grupos principales de sustancias activas para el tratamiento habitual de la hipertensión arterial son

Las combinaciones recomendadas son un inhibidor de la ECA o un bloqueante de los receptores de angiotensina con un antagonista del calcio o un diurético tiazídico(hidroclorotiazida, xipamida). Si los agentes mencionados no son suficientes o no se toleran, existen otros medicamentos de reserva (por ejemplo, bloqueantes de los receptores alfa-1, simpaticolíticos de acción central y vasodilatadores arteriolares).

Previsión

El pronóstico de la hipertensión arterial depende generalmente de una detección precoz y un tratamiento óptimo. La hipertensión arterial suele ser una enfermedad con pocos síntomas, pero con el tiempo puede provocar daños en los vasos sanguíneos y los órganos. Esto se debe a un aumento del endurecimiento de las arterias(arteriosclerosis) y a daños y alteraciones directas debidos al aumento de la tensión arterial. Esto puede dar lugar a una serie de enfermedades secundarias y complicaciones en diversos órganos.

Arteriosklerose (iStock / Rasi Bhadramani)

Vasos
Una presión arterial excesiva provoca daños en las arterias pequeñas y grandes como consecuencia de la carga de presión y, posteriormente, procesos de remodelación en las paredes de los vasos. Las paredes pierden elasticidad.

Ojo
En el ojo, la hipertensión prolongada provoca daños crónicos en las arterias de la parte posterior del ojo (retinopatía hipertensiva). La causa es el estrechamiento de los vasos y la reducción del flujo sanguíneo al tejido (isquemia). Es posible una reducción o incluso la pérdida de visión. La retinopatía hipertensiva también puede producirse debido a un aumento agudo de la presión arterial como parte de una emergencia hipertensiva.

Cerebro
En general, la hipertensión arterial aumenta el riesgo de accidentes cerebrovasculares (embolias) y hemorragias cerebrales. Se supone que la hipertensión arterial es responsable de alrededor de la mitad de todos los accidentes cerebrovasculares. Los desequilibrios agudos de la presión arterial también pueden provocar un deterioro funcional general del cerebro, que puede manifestarse con síntomas como mareos, náuseas y cefaleas. Este cuadro clínico se denomina encefalopatía hipertensiva.

Corazón
En el corazón, la hipertensión crónica contribuye al estrechamiento de las arterias coronarias(cardiopatía coronaria), que suministran oxígeno al músculo cardiaco. Esto puede provocar una reducción del flujo sanguíneo y un infarto de miocardio. El aumento de la carga de presión sobre el ventrículo izquierdo también provoca un engrosamiento del músculo cardiaco (hipertrofia). La reducción del flujo sanguíneo o la hipertrofia pueden provocarinsuficiencia cardíaca. La insuficiencia cardiaca y la cardiopatía coronaria son las causas más frecuentes de muerte en pacientes con hipertensión arterial.

Aorta
El aumento de la tensión arterial y la arteriosclerosis pueden provocar dilatación o daños en la aorta torácica o abdominal (aneurisma aórtico). Una complicación grave y potencialmente mortal es la rotura o disección de un aneurisma aórtico.

Riñón

La hipertensión arterial puede provocar daños en los riñones (nefropatía hipertensiva) con pérdida de proteínas en la orina (albuminuria) y reducción de la función renal (tasa de filtración glomerular).

Prevenir

La hipertensión arterial se basa en factores de riesgo parcialmente modificables. Un estilo de vida correcto puede reducir el riesgo de desarrollar hipertensión arterial. Entre ellos se incluyen

(iStock / BrianAJackson)
  • Reducir el consumo excesivo de sal

  • Reducir el peso

  • Dieta sana y equilibrada

  • Ejercicio regular y suficiente

  • Limitar el consumo de alcohol

  • abstinencia de nicotina

  • Reducir el estrés

  • Técnicas de relajación para afrontar el estrés (por ejemplo, entrenamiento autógeno, relajación muscular progresiva)

Consejos

Reglas para medir correctamente la tensión arterial:

  • La medición debe realizarse tumbado o sentado. Antes de la medición, siéntese en una silla en un entorno tranquilo durante 5 minutos e inclínese hacia atrás.

  • Utilice un tensiómetro homologado.

  • Lo ideal es un aparato con manguito para la parte superior del brazo. El borde inferior del manguito debe situarse 2,5 cm por encima del pliegue del codo.

  • El manguito debe ser del tamaño adecuado para el brazo.

  • Colocado a la altura del corazón, el manguito proporciona las lecturas de tensión arterial más precisas. El brazo debe estar apoyado durante la medición.

  • No debe moverse ni hablar durante la medición.

  • El valor medio de dos mediciones consecutivas es el más exacto.

  • Deben transcurrir al menos 1-2 minutos entre las mediciones individuales.

Fuentes

Principios editoriales

Toda la información utilizada para los contenidos procede de fuentes verificadas (instituciones reconocidas, expertos, estudios de universidades de renombre). Concedemos gran importancia a la cualificación de los autores y a la base científica de la información. Así nos aseguramos de que nuestra investigación se base en hallazgos científicos.
Dr. med. univ. Moritz Wieser

Dr. med. univ. Moritz Wieser
Autor

Moritz Wieser se licenció en Medicina Humana en Viena y actualmente estudia Odontología. Escribe principalmente artículos sobre las enfermedades más comunes. Le interesan especialmente los temas de oftalmología, medicina interna y odontología.

El contenido de esta página es una traducción automática y de alta calidad de DeepL. Puede encontrar el contenido original en alemán aquí.

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