¿Cómo es el comportamiento normal del sueño?
En el comportamiento normal del sueño influyen muchos factores, como las condiciones de luz (de día y de noche) y factores culturales y sociales (trabajo por turnos, crianza de los hijos). Sin embargo, los expertos están de acuerdo en una cosa: el adulto medio necesita entre 7 y 9 horas de sueño, y las mujeres algo más que los hombres.
Durante el sueño, pasamos por varias fases de sueño en una secuencia determinada. Éstas se repiten una media de 4 a 7 veces por noche. Una secuencia consta de las cuatro fases siguientes
- Fase de quedarse dormido
- Fase de sueño estable
- fase de sueño profundo
- Fase de sueño REM
Cada fase individual es importante y significativa para nuestro cuerpo y nuestra salud.
En la fase de sueño profundo, el cuerpo se recupera. Las impresiones se procesan y almacenan en nuestra memoria. Los expertos creen que la fase de sueño profundo es muy importante para el aprendizaje.
La fase de sueño REM significa "Rapid Eye Movement" (movimiento ocular rápido) y se caracteriza por movimientos espasmódicos de los ojos. Curiosamente, todos los demás músculos del cuerpo están completamente relajados durante esta fase, excepto los de los ojos. La fase REM también es responsable de nuestros sueños. Como esta fase es la última antes de despertarnos, todavía podemos recordar el sueño cuando nos despertamos. Como pasamos por todas estas fases del sueño varias veces durante la noche, no soñamos sólo una vez, sino varias veces durante el sueño. Sin embargo, sólo podemos recordar el último sueño antes de despertarnos porque ya hemos olvidado los demás.
Los procesos fisiológicos del cuerpo también cambian durante el sueño. Por ejemplo, los latidos del corazón se ralentizan en las tres primeras fases del sueño y la tensión arterial baja. Sin embargo, en la última fase del sueño, los latidos se aceleran y la tensión arterial vuelve a subir. El sistema hormonal también funciona a toda velocidad y garantiza la liberación de hormonas del crecimiento. Así se recuperan nuestros órganos y músculos. Mientras dormimos, circulan más glóbulos blancos por la sangre. Esto confirma el viejo adagio de que debemos dormir mucho cuando estamos enfermos. Pero el metabolismo también trabaja diligentemente durante la noche. Cuando la noche llega a su fin y nos despertamos, se liberan más hormonas del estrés.