Equilibrio electrolítico
El cuerpo humano, que se compone de un 50% a un 70% de agua, sólo sobreviviría unos días sin ella. Sin embargo, muchos de nosotros no tomamos un vaso de agua con la suficiente frecuencia y no llegamos a los 1,5 litros diarios recomendados. Sin embargo, el agua que bebemos tiene muchos beneficios y propiedades vitales.
El equilibrio hídrico de nuestro cuerpo, por ejemplo, funciona a través del transporte de importantes iones, es decir, de partículas cargadas eléctricamente, por lo que está fuertemente vinculado al equilibrio electrolítico. Los electrolitos importantes son, por ejemplo, el calcio, el sodio, el magnesio y el potasio. Este grupo pertenece a los cationes, que también pueden describirse como partículas eléctricas con carga positiva. Las partículas con carga negativa, los aniones, serían el fosfato, el sulfato y el cloruro, por ejemplo. Los cationes y aniones son transportados a través de las células y cambian la carga de tensión en las superficies de las células. Nuestro sistema nervioso utiliza este proceso para transmitir información. Varias hormonas, que se producen en el cerebro y en la glándula tiroides, regulan esta concentración de iones.
La distribución adecuada de los electrolitos es un equilibrio muy delicado, que puede verse alterado por diferentes enfermedades, como la sudoración, los vómitos, la diarrea o las enfermedades del riñón. Por lo tanto, se debe buscar la neutralidad eléctrica, es decir, una proporción igual de aniones y cationes. Hoy en día existen muchos productos en el mercado, como el agua enriquecida con iones o la solución electrolítica (por ejemplo, Jonosteril, Sterofundin), que deberían ayudar al equilibrio electrolítico.
Otros aspectos positivos:
Beber agua no sólo es importante para el equilibrio iónico, sino que también puede favorecer el equilibrio hídrico de las células de la piel y, por tanto, también tiene efectos positivos en nuestra piel. Disponer fácilmente de agua, ya sea para beber, para uso doméstico o para la producción de alimentos, es también importante para la salud de la población, ya que puede promover el crecimiento económico de los países y combatir los índices de pobreza. En 2010, la Asamblea General de la ONU reconoció explícitamente el derecho humano al agua y al saneamiento: Todo el mundo tiene derecho a un agua adecuada, segura y asequible para su uso personal.
Disregulación ortostática:
Un estudio realizado por la Asociación Americana del Corazón también encontró un efecto positivo en los síntomas ortostáticos cuando se bebe agua regularmente. La regulación de la ortostatismo es la capacidad de ajustar la presión arterial y, por tanto, el sistema circulatorio en posición vertical, sentado o de pie.
Los síntomas de la desregulación ortostática incluyen mareos, aturdimiento, ennegrecimiento de los ojos, inconsciencia, palidez, dolor de cabeza o zumbidos en los oídos. En pacientes con disfunción ortostática grave, beber agua provoca una respuesta de presión, mejorando así la hipotensión ortostática (es decir, la presión arterial por debajo de un determinado nivel). En este ensayo cruzado controlado y aleatorizado, 13 sujetos sanos recibieron 500 ml y 50 ml de agua mineral 15 minutos antes de sentarse en dos días diferentes. La presión arterial se midió en diferentes puntos. El ángulo de inclinación de la sentada era de 60 grados.
El resultado mostró una mejora significativa de la regulación ortostática y, por tanto, de la tolerancia a los síntomas mencionados.
¿Demasiada agua?
También es posible consumir demasiada agua. Porque al hacerlo, las sales de la sangre podrían diluirse demasiado. Esta concentración de sodio demasiado baja en la sangre, también llamada hiponatremia, puede provocar un edema cerebral potencialmente mortal. Especialmente los atletas de resistencia, pero también las personas con enfermedades renales e hipertensión arterial o enfermedades cardíacas, deberían consultar con su médico una determinada cantidad diaria de agua potable para evitar posibles complicaciones.
Conclusión:
En la región DACH, la calidad del agua está regulada por ordenanzas de ámbito nacional y su calidad se controla constantemente. Ingredientes como el calcio y el magnesio presentes en el agua potable desempeñan un importante papel en la salud humana como componentes de los huesos y los dientes. El funcionamiento de nuestro sistema nervioso, la coagulación de la sangre y el equilibrio electrolítico son otros factores que no debemos descuidar a la hora de aumentar el agua potable.