Diabetes mellitus:
La diabetes mellitus, también conocida como "diabetes", describe un grupo de enfermedades metabólicas con hiperglucemia (es decir, un nivel de azúcar en sangre demasiado alto) en los resultados médicos. La enfermedad se clasifica generalmente en cuatro tipos:
- Diabetes de tipo 1: alteración de la secreción de insulina porque el páncreas produce muy poca o ninguna insulina. Una forma especial de diabetes autoinmune en adultos es la LADA (es decir, la diabetes autoinmune de aparición tardía en el adulto).
- Diabetes de tipo 2: El efecto de la insulina en las células del cuerpo humano está alterado. Alrededor del 90 % de los afectados tienen esta forma de diabetes.
- Otros tipos específicos de diabetes:Entre ellos se encuentran la hiperglucemia debida a una alteración de los órganos endocrinos, a una causa farmacológica o química, a defectos genéticos en la producción o la acción de la insulina y a otros trastornos genéticos, a infecciones y a tipos raros de diabetes autoinmune.
- Diabetes gestacional:Trastorno de la utilización de la glucosa que se produce durante el periodo gestacional y que se diagnostica como diabetes. Alrededor del 4-5% de las mujeres embarazadas están afectadas.
Dado que el número de enfermos de diabetes de tipo 2 aumenta a una edad temprana, es especialmente importante comprender mejor las razones del alto riesgo para reducirlo. Un factor determinante de la resistencia a la insulina y, por tanto, un primer indicio de la diabetes de tipo 2 es el llamado índice HOMA (es decir, la evaluación del modelo homeostático).
Posible privación del sueño en alumnos de primaria:
Las evaluaciones del equipo de investigación de la Universidad St. George de Londres muestran un ligero aumento de este índice HOMA ya en la edad de la escuela primaria. Un posible factor de riesgo podría ser la privación del sueño, ya que los investigadores del estudio relacionaron la duración del sueño de la cohorte CHASE investigada (es decir, el Estudio del Corazón y la Salud Infantil en Inglaterra) con el índice HOMA y la glucemia en ayunas y analizaron una posible correlación.
Estudio CHASE:
La cohorte de CHASE incluyó a más de 4.500 alumnos de primaria (de 200 centros escolares) de entre 9 y 10 años. Proporcionaron varios datos para inferir posibles factores de riesgo de futuras enfermedades cardiometabólicas, incluyendo muestras de sangre en ayunas. Se determina la concentración de insulina en el organismo y la glucemia, lo que permite determinar el índice HOMA. Además de esto, también se conocieron datos sobre la composición corporal y los valores autodeclarados sobre el tiempo de sueño y el despertar durante los días de clase.
Mientras que los estudiantes de primaria dormían una media de 10-11 horas al día, la duración media del sueño en la cohorte de CHASE era de unas 10,5 horas, pero el rango era de 8-12 horas. Según el análisis del estudio, se encontraron valores de examen desfavorables en aquellos niños que registraron duraciones de sueño más cortas.
Aunque la duración del sueño es estable en los adultos, los resultados de estudios recientes sugieren que la duración media del sueño tanto en niños como en adultos ha disminuido en 0,73 minutos al año en los últimos 15 años. Todavía no se han estudiado en detalle las consecuencias generales en relación con la salud física; sin embargo, el estudio publicado en la revista Pediatrics se centró en la correlación de riesgo con la diabetes de tipo 2 durante la infancia.
Resultados:
Según los investigadores, cada hora extra de sueño puede mejorar el índice HOMA en un 2,9%. Sin embargo, la glucosa en sangre (de los niños) se mantuvo en el rango normal por el aumento de la secreción de insulina. Por lo tanto, el efecto de dormir poco sobre el azúcar en sangre no fue significativo, con un 0,24%.
Sin embargo, los investigadores mencionan un posible aumento del riesgo de diabetes a largo plazo, ya que los niveles de resistencia a la insulina en la infancia ya mostraban un efecto sobre el riesgo de diabetes de tipo 2 en un periodo de 10 años, según los investigadores de estudios anteriores. El estudio transversal no puede proporcionar una causa exacta para ello, pero los investigadores mencionan que un aumento del peso corporal podría desempeñar un posible papel. Esto se debe a que estudios anteriores ya mostraron una correlación entre la privación del sueño y la alteración del control neuroendocrino del apetito en los adultos. Cada hora de sueño más corto se asoció con un aumento de 0,19 kg/m2 en el IMC.
Conclusión:
Utilizando la cohorte CHASE de estudiantes de primaria, este estudio transversal mostró que es posible una correlación entre la duración del sueño y el riesgo de diabetes de tipo 2 en la infancia. Sin embargo, se necesitan más estudios de intervención para demostrar la causalidad exacta de esta posible asociación. Si los resultados preliminares resultan ciertos, podría establecerse una estrategia sencilla para la prevención temprana de la diabetes de tipo 2.