El asma:
El asma bronquial, o simplemente asma, es una enfermedad de las vías respiratorias causada por la inflamación crónica de los bronquios. Los afectados sufren ataques de disnea y tos. Se distinguen dos formas:
- Asma alérgica: En este caso, la reacción de reducción de la función pulmonar está causada por el contacto con determinadas alergias.
- Asma no alérgica: La crisis asmática es provocada por estímulos inespecíficos como infecciones o incluso el aire frío de la respiración.
La tarea de los bronquios humanos es conducir el aire inhalado desde la tráquea hasta los alvéolos. Aquí es donde tiene lugar el intercambio de gases: El oxígeno es absorbido por la sangre y el dióxido de carbono es liberado al aire para su exhalación.
La enfermedad pulmonar hace que se inflame la mucosa que protege el interior de los bronquios. Como resultado, los bronquios se estrechan y se produce una mucosidad espesa. Las consecuencias son una inhalación y exhalación difíciles y un aumento de la frecuencia respiratoria.
El entrenamiento con ejercicios puede desencadenar estos síntomas relacionados con el asma y, por lo tanto, provoca una posible aversión al entrenamiento físico en los asmáticos. Aunque los médicos solían desaconsejar el ejercicio a los asmáticos, los efectos positivos del ejercicio en la salud de los individuos sanos quedaron bien establecidos. Ahora la pregunta es si el ejercicio podría tener también algunos beneficios para los asmáticos.
Para investigarlo, los científicos de Finlandia han puesto en marcha el llamado estudio REACT (es decir, Ensayo de Ejercicio Regular y Control del Asma).
Nota: Si está afectado por el asma, consulte primero a su médico antes de probar el ejercicio físico. Los participantes en el estudio anterior fueron controlados bajo supervisión médica de acuerdo con las directrices respectivas.
Examen físico:
El REACT (en alemán: Studie zu regelmäßiger körperlicher Betätigung und Asthmakontrolle) es un estudio paralelo controlado y aleatorio publicado en 2019, en la revista Nature-Research. Se inscribieron 164 participantes en el estudio y se dividieron uniformemente en dos grupos. Para ello, se analizó el control del asma de los participantes en el estudio durante 24 semanas mediante ejercicios físicos.
Die Interventionsgruppe erhielt individuelles Training: Aerobic Training mindestens dreimal die Woche für wenigstens eine halbe Stunde, Muskeltraining und Dehnübungen.
Los criterios de inclusión fueron los siguientes:
Criterios de inscripción |
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Edad | 16 - 65 años |
Diagnóstico | Del médico o del derecho al reembolso de la medicación para el asma por parte de la Seguridad Social finlandesa. |
Diagnóstico reciente | La persona debía cumplir los criterios de diagnóstico de la enfermedad asmática según las directrices finlandesas para el tratamiento del asma |
Tipo de enfermedad | asma leve o moderada |
El método principal de medición del control del asma fue la llamada puntuación ACT (es decir, la prueba de control del asma). Se basa en una calificación subjetiva de 5 puntos posibles para el control del asma, con 5 a 25 puntos disponibles. 5 puntos para el peor control posible y 25 para el mejor control posible. Como este tipo de prueba es subjetiva y un cambio en la puntuación del ACT es comparable para los individuos -pero pobre para los análisis entre personas-, las puntuaciones se evaluaron principalmente dentro de los individuos antes y después de la intervención. Este análisis indicó si el control del asma era mejor después del tratamiento del estudio que antes.
Resultados significativos:
El criterio de valoración primario fue el control del asma, que se midió mediante la puntuación del ACT, los síntomas relacionados con el asma y el llamado PEF (es decir, el flujo espiratorio máximo). El FEM es una medida del flujo espiratorio máximo.
En el grupo de intervención, o GI, el TCA mejoró en el 62% de los participantes. El grupo de control mostró una mejora en el 39% de los participantes. Según los resultados del estudio, la intervención de ejercicio pudo mejorar el control general del asma en un 23%.
Además, el grupo de estudio registró una reducción significativa en el uso de medicación de emergencia para el asma durante la investigación del estudio.
Los análisis individuales mostraron reducciones estadísticamente significativas en la aparición de falta de aire, con una diferencia de riesgo de casi el 70% entre los dos grupos, lo que significa que el grupo de intervención experimentó hasta un 30% menos de falta de aire.
Los valores del FEM por la mañana y por la noche fueron similares en ambos grupos. Sin embargo, los valores medidos no mostraron mejoras significativas en la tasa de flujo espiratorio máximo.
Conclusión:
Los resultados muestran que ciertas actividades físicas regulares, durante un periodo de 24 semanas, podrían mejorar el control del asma en adultos, según los investigadores, si se miden individualmente con una prueba estandarizada de control del asma. Sin embargo, la tasa espiratoria máxima no mejoró significativamente. Los ensayos aleatorios de mayor envergadura podrían explorar con precisión un nuevo e importante enfoque para el tratamiento adicional del control del asma, mejorando potencialmente la calidad de vida de las personas con asma.
Nota: Si está afectado por el asma, consulte a su médico antes de intentar hacer ejercicio físico. Los participantes en el estudio anterior fueron controlados bajo supervisión médica de acuerdo con las directrices respectivas.