Migraña
La migraña es una enfermedad crónica que incapacita por completo a quienes la padecen. Los ataques recurrentes de dolor de cabeza se unen a otras dolencias como mareos, náuseas, vómitos, sensibilidad a la luz y al sonido. El dolor, de moderado a intenso, aumenta con el esfuerzo físico. Alrededor del 15% de los pacientes con migraña sufren de migraña con aura. Es entonces cuando se producen síntomas neurológicos, sobre todo visuales, que dan lugar a un escotoma parpadeante que se extiende en el campo de visión. El aura suele aparecer antes del ataque y puede durar entre 15 y 60 minutos.
El proceso de la enfermedad y las causas de la migraña aún no se conocen por completo. Los factores hereditarios, el equilibrio hormonal y ciertos desencadenantes como el pánico, el estrés o las condiciones meteorológicas pueden ser factores causales. El curso de los ataques se divide en episódicos y crónicos. En un curso crónico, el paciente tiene ataques de dolor de cabeza en más de 15 días al mes durante más de tres meses. Las crisis de cefalea también deben cumplir los criterios de la clasificación del IHS para ser consideradas migraña. A menudo, la migraña crónica va unida a la depresión o a un trastorno de ansiedad. Sin embargo, estos también pueden verse favorecidos por la medicación para las cefaleas agudas, por lo que no debe tomarse más de 10 días al mes. En la migraña típica con hallazgos clínicos no notables, no es necesario un diagnóstico adicional.
Las crisis de cefalea suelen tratarse en la atención primaria, por lo que es importante que tanto el tratamiento como la prevención tengan lugar allí. El objetivo de la terapia es reducir la frecuencia, la duración y la gravedad de los ataques de migraña, con medicación oral e inyecciones. Para las inyecciones, se han desarrollado especialmente anticuerpos monoclonales dirigidos al CGPR. Estos han demostrado ser eficaces y bien tolerados, pero los pacientes suelen preferir la terapia oral. Para el tratamiento agudo, se utilizan analgésicos, antieméticos y triptanes para las crisis de migraña muy graves. Los betabloqueantes, la flunarizina, el topiramato y los anticuerpos CGRP se prescriben como profilaxis. Sin embargo, debido a la falta de eficacia y/o a la intolerancia, alrededor del 75% de los pacientes abandonan dicho tratamiento. Además de los tratamientos farmacológicos, también se utilizan terapias no farmacológicas. Entre ellos se encuentran la práctica regular de deportes de resistencia, las técnicas de relajación periódicas y una rutina y ritmo de vida diarios.
Atogepant
Atogepant es un medicamento oral cuyo uso ha sido aprobado recientemente en los Estados Unidos. Las dosis varían y son determinadas por el médico tratante. Atogepant se ha estudiado en un ensayo de fase 2b/ 3 y en un ensayo de fase 3 (ADVANCE) en la migraña. Los participantes en los ensayos tomaron el fármaco una vez al día, lo que contribuyó significativamente a reducir la media de ataques de migraña mensuales. Atogepant demostró ser bien tolerado sin problemas de seguridad. El porcentaje de participantes que declararon efectos secundarios relacionados con el tratamiento fue similar en todos los grupos, y los efectos secundarios más frecuentes fueron el estreñimiento y las náuseas, frente al 0,5% de estreñimiento y el 1,8% de náuseas en el grupo de placebo.