Tratamiento farmacológico
El tratamiento suele consistir en fármacos tireostáticos. Los fármacos tireostáticos inhiben la producción y liberación de hormonas en la glándula tiroides. El tiamazol o el carbimazol (un precursor del tiamazol) es el fármaco de elección; alternativamente, puede utilizarse el propiltiouracilo. También se administran betabloqueantes como el propanolol para el tratamiento sintomático de la taquicardia. El propanolol también inhibe la enzima deiodinasa y, por tanto, también la conversión de la hormona tiroidea T4 en la metabólicamente activa T3. Como en cualquier hipertiroidismo, el tratamiento con fármacos tireostáticos debe continuarse hasta que se alcance el eutiroidismo (buena función tiroidea). En la enfermedad de Graves, el tratamiento tireostático suele durar entre 1 y 1,5 años, y en algunos casos incluso más.
El nivel de TRAK en la sangre se comprueba unos 6 meses después del diagnóstico o del inicio de la terapia. Esto tiene un significado pronóstico: si el nivel es > 10 UI/l, se reduce la probabilidad de que la terapia siga siendo eficaz o de que la enfermedad remita. En este caso, la glándula tiroides se desconecta mediante terapia con yodo radiactivo o se extirpa quirúrgicamente.
Tras suspender la medicación, alrededor del 50% de los pacientes sufren una recaída (reaparición de la enfermedad), pero la mayoría de las veces, la función tiroidea de más de la mitad de los pacientes vuelve a la normalidad. Fumar aumenta el riesgo de recidiva y empeora la afectación ocular en la enfermedad de Graves.
Si el hipotiroidismo no mejora o reaparece tras 1-1,5 años de terapia tireostática, está indicada la eliminación permanente de la glándula tiroides mediante terapia con yodo radiactivo o extirpación quirúrgica.
Terapia con yodo radiactivo
La terapia con yodo radiactivo consiste en tomar yodo radiactivo por vía oral, que se acumula en la glándula tiroides y destruye las células productoras de hormonas. La glándula tiroides debe tratarse previamente con fármacos tireostáticos, que deben suspenderse 2-3 días antes de la terapia con yodo radiactivo. Además, debe seguirse una dieta baja en yodo y deben evitarse los medicamentos o complementos alimenticios que contengan yodo. Dado que la terapia con yodo radiactivo sólo surte efecto al cabo de unas semanas, también puede ser necesario un tratamiento de seguimiento con tireostáticos. El hipotiroidismo puede empeorar una orbitopatía endocrina existente (enfermedad inflamatoria de las cuencas oculares) y debe prevenirse. Por ello, al inicio de la acción de la terapia con yodo radiactivo, puede combinarse la medicación tireostática con levotiroxina (LT4) en una fase temprana. Por lo tanto, son esenciales los controles periódicos y a corto plazo de los parámetros tiroideos tras la administración de yodo radiactivo. Una vez eliminada definitivamente la función tiroidea, es necesaria la sustitución con hormona tiroidea (LT4) de por vida.
Terapia quirúrgica
Como alternativa a la terapia con yodo radiactivo, es posible la extirpación quirúrgica de la glándula tiroides. La cirugía está indicada para la enfermedad de Graves especialmente en casos de crecimiento incontrolado del tiroides, orbitopatía endocrina, sospecha de cambios malignos en la glándula tiroides, efectos secundarios graves e intolerancia a los fármacos treostáticos o si el paciente rechaza la terapia con yodo radiactivo. Antes de la intervención quirúrgica, siempre debe conseguirse una buena función tiroidea mediante un pretratamiento tireostático. En la enfermedad de Graves, suele extirparse toda la glándula tiroides excepto un remanente de 2 ml (la llamada tiroidectomía total rápida). Durante la operación, existe el riesgo de lesionar el nervio de las cuerdas vocales, lo que puede provocar la parálisis de las cuerdas vocales y, posteriormente, ronquera temporal o de por vida. La cirugía tiroidea también puede dañar a corto plazo las glándulas paratiroides, responsables de mantener los niveles de calcio en sangre. En este caso, debe tomarse calcio durante unos días después de la operación; si las glándulas paratiroides están dañadas permanentemente, los pacientes dependen de la toma de calcio de por vida en combinación con vitamina D. Incluso después de la extirpación de la glándula tiroides, deben tomarse comprimidos de hormona tiroidea(LT4) de por vida y los parámetros de la glándula tiroides deben controlarse a intervalos regulares.
Tratamiento de los síntomas oculares
Para el tratamiento de los síntomas oculares típicos, existen las siguientes opciones, en función de la predisposición:
- Comprimidos o infusiones con cortisona
- Sustitución con selenio en casos leves
- Colirios, pomadas y geles para los ojos secos
- Irradiación de la cuenca ocular (en casos graves)
- Cirugía (para agrandar la cuenca ocular, en casos graves)