La primera medida para el codo de tenista es el reposo. En la fase aguda, el enfriamiento promete un alivio adecuado, mientras que en los procesos crónicos, el calor contribuye a la curación. Se puede prescribir fisioterapia como medida adicional.
Si el dolor es muy intenso, un vendaje sobre el codo y la muñeca durante unas semanas puede ayudar.
Otro método de tratamiento es el bloqueo nervioso en la zona del dolor, en el que se interrumpe la conducción nerviosa con un anestésico.
Entre algunos médicos, es habitual el tratamiento con ultrasonidos, electroterapia o terapia de ondas de choque. Sin embargo, las posibilidades de curación son controvertidas y no están probadas con certeza.
En los casos más difíciles, se aconseja la cirugía, en la que el cirujano incide en el tendón en el origen del músculo para aliviar el tejido.
En caso de dolor agudo, se puede utilizar una bolsa de hielo para enfriar. Es importante colocar un trozo de tela entre la piel y la bolsa de hielo, ya que el hielo no debe colocarse directamente sobre la piel. El tiempo de enfriamiento ideal es de 20 a 30 minutos. Después de eso, el paciente debe tomarse un descanso de aproximadamente una hora antes de comenzar el enfriamiento de nuevo.
Más adelante en el curso de la enfermedad, las zonas dolorosas también pueden tratarse con calor.
Los estiramientos también pueden utilizarse como medida terapéutica. Se trata de estirar completamente el codo y girar el antebrazo hacia dentro. A continuación, se debe girar la mano dolorida hacia un lado hasta que los dedos apunten hacia fuera. En esta posición, intente mantener la tensión durante 15 segundos antes de hacer una breve pausa y volver a empezar el ejercicio. Es aconsejable repetir este ejercicio varias veces al día. No obstante, debe consultarse previamente con el fisioterapeuta o el médico.
Un vendaje especial (férula para la epicondilitis) puede ayudar a aliviar el dolor y la curación. Se puede adquirir en las tiendas de deportes y en las de suministros médicos.
Se pueden utilizar medicamentos antiinflamatorios. Entre ellos se encuentran los medicamentos clásicos para el reumatismo (antiinflamatorios), así como diversos preparados de hierbas, enzimas y nucleótidos. Aquí, el médico decide qué medicamentos son útiles y eficaces.