Además del tratamiento adecuado, la profilaxis de las recaídas es también de gran importancia.
Fase depresiva aguda
En el caso de la depresión leve, la terapia de conversación suele ser suficiente. Este tratamiento puede apoyarse en la administración de antidepresivos, que pueden dividirse en los siguientes grupos:
- inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina
- Inhibidores de la recaptación de norepinefrina
- Antidepresivos tricíclicos y tetracíclicos
- Inhibidores de la MAO (monoaminooxidasa)
- Neurolépticos modernos
La elección del fármaco adecuado depende de la edad, el peso, las preferencias personales y las enfermedades concomitantes. La elección del fármaco adecuado depende de la edad, el peso, las preferencias personales y las enfermedades concomitantes. En los casos graves, especialmente en combinación con pensamientos suicidas, la hospitalización puede ser beneficiosa.
Fase maníaca
Las fases de euforia suelen tratarse con neurolépticos, sales de litio o ácido valórico. Sin embargo, debido a que los maníacos pronunciados carecen de la percepción de un tratamiento necesario, a menudo se hace necesario el tratamiento en una institución psiquiátrica.
Terapia a largo plazo
Los episodios maníacos o depresivos pueden prevenirse con una terapia de litio a largo plazo. Dado que el seguimiento regular es muy importante en esta estrategia de tratamiento, es un requisito previo una estrecha relación de confianza y cooperación entre el médico y el paciente.
Las terapias preventivas con fármacos antiepilépticos como la carbamazepina, el topiramato o el ácido valproico están menos probadas o demostradas.
También es muy importante llevar una vida regular, ya que los episodios maníacos también pueden desencadenarse por un sueño insuficiente.
La psicoterapia de acompañamiento es muy recomendable, pero debe decidirse individualmente.