El pilar básico de la terapia de la enfermedad oclusiva arterial periférica es el tratamiento específico de las causas. Para los fumadores, la medida más importante es dejar de fumar inmediatamente. En general, la enfermedad puede mejorarse en gran medida con la práctica regular de ejercicio físico, una dieta equilibrada, una presión arterial normal y unos niveles de lípidos en sangre dentro de los límites normales.
El entrenamiento diario de la marcha es una medida importante para mejorar los síntomas del estadio 2 y superiores. El primer paso es determinar la distancia que se puede recorrer a pie antes de que aparezca el dolor; a partir de entonces, se debe recorrer al menos la mitad de esta distancia varias veces al día. De este modo, se estimula al organismo a formar los llamados vasos colaterales. Se trata de vasos sanguíneos que sortean la constricción de la arteria y la puentean. Sin embargo, los paseos diarios no deben llevarse a cabo hasta el punto de causar dolor.
Tratamiento farmacológico
Además del entrenamiento de la marcha, se administran los denominados inhibidores de la agregación plaquetaria a las personas con DAP. Se trata de fármacos que inhiben la aglutinación de las plaquetas de la sangre y evitan así la formación de coágulos. El ácido acetilsalicílico (ASA) es el fármaco de elección. Si hay intolerancia a esta sustancia, se puede prescribir clopidogrel como alternativa en casos individuales.
A partir de la fase 2, puede recomendarse el uso de otros fármacos. Los llamados inhibidores de la fosfodiesterasa (inhibidores de la PDE) actúan contra la aglomeración de las plaquetas, lo que hace que la sangre sea más fina.
Si no se puede restablecer el flujo sanguíneo en el vaso mediante la cirugía, la terapia puede ampliarse para incluir la administración intravenosa de los llamados prostanoides . Estos fármacos dilatan los vasos sanguíneos y mejoran el flujo de eritrocitos (glóbulos rojos), facilitando el paso de la sangre a través de los vasos sanguíneos constreñidos.
Cirugía
Otra opción para tratar la PAOD es someterse a una cirugía para reparar el estrechamiento de los vasos sanguíneos. La intervención quirúrgica depende del estadio de la enfermedad y de la localización del estrechamiento. A pesar de la cirugía, existe el riesgo de que se forme un nuevo estrechamiento en el vaso afectado con el tiempo.
Las siguientes medidas quirúrgicas pueden llevarse a cabo como parte del tratamiento de la PAVD:
- Angioplastia (dilatación vascular): Este procedimiento se realiza principalmente en vasos estrechos en la zona de las arterias pélvicas o femorales. Se introduce un catéter con balón a través de la arteria inguinal hasta el vaso estrechado y se infla con alta presión. En muchos casos, la constricción puede reabrirse o ampliarse de este modo. Si la dilatación con balón no es posible debido a una constricción rígida, se puede realizar la llamada trombendarterectomía (despegamiento de los depósitos). Si es necesario, puede ser necesario implantar un stent (soporte vascular) para reducir el riesgo de que el vaso se estreche de nuevo.
- Cirugía de bypass: Si el estrechamiento afecta a grandes partes de los vasos de la pierna, puede ser útil la cirugía de bypass. Se trata de utilizar una vena recién insertada o un tubo de teflón para guiar la sangre alrededor de la zona estrechada del vaso.
- Amputación: Si el flujo sanguíneo está tan restringido debido al estrechamiento del vaso que partes de la extremidad mueren, la extremidad afectada (por ejemplo, los dedos del pie) debe ser amputada.