Primeros auxilios en caso de rotura del tendón de Aquiles
Los primeros auxilios para la rotura del tendón de Aquiles consisten en eliminar la presión del pie. Además, la zona por encima del talón debe enfriarse y estabilizarse con vendas. La posición elevada ayuda a aliviar el dolor. Tras el tratamiento inicial, debe buscarse un examen y tratamiento rápido por parte de un especialista.
Opciones terapéuticas: quirúrgicas o conservadoras
El tratamiento de elección es la terapia quirúrgica seguida de inmovilización. Especialmente en pacientes de edad avanzada o con enfermedades concomitantes que hacen que la cirugía sea arriesgada, se puede utilizar una terapia conservadora.
Terapia conservadora
Para que la terapia conservadora tenga éxito, los extremos del tendón roto no deben estar separados más de un centímetro. Por este motivo, antes de utilizar esta opción de tratamiento debe realizarse una ecografía o una resonancia magnética.
Si la terapia conservadora es una opción, el pie se inmoviliza con una férula de yeso. Al cabo de unos días, se retira la férula y se coloca un zapato especial con el talón elevado. Esto permite que el pie vuelva a estar completamente cargado, lo que hace posible una movilización temprana. La altura del talón se reduce gradualmente hasta que se puede eliminar por completo.
Para promover la curación y lograr una movilización temprana, la fisioterapia también debe utilizarse como medida de apoyo. Para comprobar el éxito de la terapia, debe realizarse un seguimiento regular mediante ecografía. De este modo, el tratamiento quirúrgico puede iniciarse en una fase temprana si es necesario.
Terapia quirúrgica
En la terapia quirúrgica, el tendón se reconecta con una sutura especial. Esta sutura también puede reforzarse involucrando las membranas musculares adyacentes (fascia). La operación puede realizarse de forma abierta o mínimamente invasiva. La opción mínimamente invasiva tiene, naturalmente, la ventaja de que se preserva el tejido y, por tanto, se puede lograr una curación más rápida.
Después, se inmoviliza todo el pie con una férula de yeso. Durante este tiempo, la sangre debe diluirse con medicamentos para evitar la formación de un coágulo. Al igual que con la terapia conservadora, el objetivo es movilizar el pie lo antes posible. Aquí también se utiliza el zapato especial con el tacón elevado.