Retrasar la enfermedad
Hoy en día, la demencia no puede curarse en su mayor parte, pero sí se puede detener la degradación del cerebro, como en la enfermedad de Alzheimer y la demencia vascular. Si la reducción del rendimiento mental se debe a otra enfermedad (por ejemplo, un tumor cerebral, una depresión grave o trastornos metabólicos en el cerebro), la demencia puede tratarse a menudo con éxito si se trata la enfermedad subyacente.
Ejercitar el cerebro
La terapia para la demencia es especialmente importante para que la persona con demencia pueda hacer frente a los retos cotidianos durante el mayor tiempo posible. Para ello, existen hogares especiales (por ejemplo, clínicas de día) que se centran en el entrenamiento del cerebro. El objetivo es aprender un marco básico de la rutina diaria para que los pacientes con demencia puedan afrontarla mejor. Los afectados son acompañados a lo largo del día por psicólogos, trabajadores sociales y otros especialistas y reciben asistencia.
Una ventaja especial de estos hogares es la posibilidad de involucrar a los familiares en el tratamiento.
Se puede mantener el rendimiento mental o, al menos, ralentizar su deterioro mediante el uso de fisioterapia, entrenamiento manual y artístico con la ayuda de un terapeuta ocupacional.
Medicamento
Los medicamentos pueden hacer mucho, pero deben ser sólo un elemento del plan de tratamiento, es decir, combinados con el entrenamiento del cerebro. Existen varios medicamentos para las diferentes causas de la demencia.
La máxima prioridad es ralentizar la enfermedad o incluso detenerla temporalmente. Los medicamentos tienen diferentes modos de acción. Sin duda, merece la pena intentarlo, aunque no se produzcan cambios importantes. Dado que las demencias progresan continuamente, incluso detener la enfermedad es un éxito.
Inhibidores de la acetilcolinesterasa
En las fases iniciales y medias de la enfermedad de Alzheimer, la demencia vascular y la demencia con cuerpos de Lewy, los llamados inhibidores de la acetilcolinesterasa son la primera opción. Estos mejoran el intercambio de señales entre las células nerviosas del cerebro. Esto se consigue bloqueando la acetilcolinesterasa (una enzima), lo que le permite descomponer menos acetilcolina, haciendo que haya más neurotransmisor disponible. Esto puede retrasar la progresión de la enfermedad una media de un año.
Antagonistas del NMDA
Si la enfermedad ya es de moderada a grave, se recomiendan los antagonistas del NMDA. Pueden combinarse con inhibidores de la acetilcolinesterasa y evitar la sobreestimulación de los nervios por el glutamato (también un neurotransmisor). El exceso de glutamato daña las células nerviosas y las hace morir. El uso de estos fármacos no es eficaz en la demencia vascular y de cuerpos de Lewy.
Otros medicamentos
También hay algunos preparados de los que se dice que tienen un efecto positivo en el rendimiento del cerebro. Entre ellos se encuentran los extractos del árbol de ginkgo. Se dice que estos extractos favorecen la circulación sanguínea y contribuyen a un mejor suministro de oxígeno y glucosa (azúcar) al cerebro.
Se supone que los antagonistas del calcio ayudan a normalizar el metabolismo alterado del calcio de las células nerviosas afectadas y, por tanto, mejoran la transmisión de la información.
Sin embargo, las sociedades profesionales no recomiendan estos agentes porque su eficacia no se ha demostrado científicamente hasta la fecha.
Si es necesario, también tiene sentido utilizar fármacos contra la inquietud y los trastornos del sueño, los trastornos del movimiento (similares al Parkinson) y la depresión para aliviar los síntomas acompañantes. Sin embargo, su uso debe vigilarse estrechamente para evitar efectos secundarios o interacciones.
Revisiones
Todo tratamiento farmacológico para la demencia requiere controles periódicos por parte del especialista o terapeuta que lo trate. El especialista o terapeuta puede controlar mejor la evolución de la enfermedad, ayudar a los familiares y adaptar la estrategia de tratamiento a los cambios.
Consejos para los miembros de la familia
Asegúrese de que la persona que padece la enfermedad tiene una dieta equilibrada con cantidades suficientes de vitaminas y aceite de pescado, y que bebe mucho líquido (agua, té sin azúcar).
Apoye a la persona con demencia con una rutina diaria claramente estructurada y calendarios y relojes fácilmente visibles.
Aunque los pacientes con demencia son atendidos principalmente por la familia, también se debe recurrir a otros servicios para evitar demandas excesivas. Se trata, por ejemplo, de la atención diurna en centros de asistencia social y guarderías.
Hay grupos de autoayuda y también grupos para familiares. Allí podrás aprender de la experiencia de otros y compartir la tuya. Su médico puede ayudarle con folletos y otro material informativo.