Cáncer de ovario (tumor de ovario)

El cáncer de ovario es un tumor maligno (carcinoma) del ovario. El tumor tiende a formar metástasis, preferentemente en la cavidad abdominal.

El cáncer de ovario (tumor de ovario o carcinoma de ovario) puede afectar a uno o a ambos ovarios. Inicialmente, el tumor no provoca ningún síntoma, por lo que sólo se diagnostica muy tarde y por casualidad. El principal grupo de riesgo son las mujeres después de la menopausia. Los tumores de ovario rara vez se desarrollan antes de los 40 años.

El cáncer de ovario es una alteración maligna del tejido que afecta a los órganos reproductores femeninos. En Alemania se producen unos 100.000 nuevos casos cada año. Así, el carcinoma de ovario ocupa el quinto lugar en la frecuencia de los cánceres en las mujeres.

Una excepción al tumor de ovario es el llamado tumor borderline. Esta alteración tisular no puede clasificarse con precisión como "benigna" o "maligna", por lo que ocupa una posición intermedia. No obstante, al cabo de un tiempo, estos tumores pueden degenerar y convertirse en un tumor ovárico maligno.

Todavía no se ha aclarado la causa exacta del desarrollo del cáncer de ovario. Sin embargo, cabe suponer que, al igual que otros tipos de cáncer, está causado por células degeneradas que crecen sin control. Más adelante, estas células degeneradas pueden extenderse al tejido circundante, constreñir órganos, vasos sanguíneos y linfáticos y formar metástasis.

Otro factor de riesgo es un historial familiar de cáncer causado por cambios genéticos (mutación del gen BRCA). Esta mutación genética también aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de mama.

El uso de anticonceptivos hormonales y el embarazo minimizan el riesgo de cáncer de ovario.

Al principio, el cáncer de ovario no provoca ningún síntoma. Si ya hay metástasis en la cavidad abdominal, puede haber un aumento del perímetro abdominal y una sensación indefinida de presión en la parte inferior del abdomen. En algunos casos, esta sensación se produce en combinación con náuseas.

Si el peritoneo ya está afectado (carcinoma peritoneal), el cuerpo suele producir una cantidad excesiva de agua (ascitis), lo que provoca la hinchazón del abdomen. En la mayoría de los casos, el cáncer de ovario se descubre demasiado tarde y por casualidad. Esto suele ocurrir en el transcurso de una exploración abdominal baja o porque los tumores en crecimiento ejercen presión sobre la vejiga o los intestinos.

Si se sospecha de un cáncer de ovario, el diagnóstico se realiza inicialmente sobre la base de un examen ginecológico, en el que se palpan sobre todo los ovarios. A continuación, se realizan exámenes adicionales:

• Con la ayuda de un examen ecográfico (ecografía) a menudo es posible saber si el tumor es benigno o maligno - Una tomografía computarizada (TC) o una tomografía por resonancia magnética (TRM) pueden proporcionar información sobre el grado de propagación de la enfermedad.
• Los llamados marcadores tumorales se miden en una muestra de sangre.
• Es necesario realizar una cistoscopia y una rectoscopia si se sospecha que el tumor ya se ha extendido a la vejiga o al recto.
• El diagnóstico definitivo del cáncer de ovario sólo puede hacerse mediante una intervención quirúrgica o la toma de una muestra de tejido (biopsia). La biopsia puede realizarse mediante cirugía a través de una incisión abdominal (laparotomía) o una laparoscopia.

El cáncer de ovario se trata con cirugía y posiblemente con quimioterapia. La terapia que se utiliza depende del estadio del tumor.

En la mayoría de los casos, se recurre a la cirugía. El objetivo de la operación es eliminar la mayor cantidad posible de tejido canceroso. Dependiendo del estadio del tumor, es necesario extirpar un ovario, las trompas de Falopio, el útero, la gran red abdominal, partes del peritoneo y posiblemente también los ganglios linfáticos de los grandes vasos.

El tratamiento posterior suele consistir en quimioterapia, cuyo objetivo es evitar que los focos tumorales que aún puedan estar presentes se sigan extendiendo. Los fármacos suelen tener efecto en todo el organismo (sistémicos) o se administran directamente en la cavidad abdominal (quimioterapia intraperitoneal).

Si la cirugía no es posible debido a la mala salud, también se puede lograr el éxito con la quimioterapia sola. En raros casos, se utiliza la radioterapia.

Si el cáncer de ovario reaparece, se puede considerar la terapia hormonal.

Los experimentos que se están llevando a cabo actualmente mostrarán si la inmunoterapia con anticuerpos puede proporcionar nuevos enfoques terapéuticos.

Para detectar el cáncer de ovario en sus primeras fases, es importante que se someta a revisiones periódicas con su ginecólogo. Para estar seguros, se puede utilizar una ecografía vaginal. En general, cuanto antes se detecte el cáncer de ovario, mayores serán las posibilidades de curación.

Las mejores perspectivas de curación completa se dan cuando se ha extirpado todo el tejido tumoral y aún no se han formado metástasis.

Un gran peligro del cáncer de ovario es que a menudo pasa desapercibido y sólo se detecta tarde. Este puede ser el caso cuando ya se ha extendido a toda la cavidad abdominal. Una vez que ha alcanzado esta fase avanzada, hay pocas posibilidades de curación.

Desgraciadamente, el diagnóstico suele ser tardío, ya que no existen síntomas típicos ni exámenes rutinarios para su detección precoz. En esta fase, lo principal es aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida.