Básico
Cuando la concentración de hemoglobina, el pigmento de los glóbulos rojos (eritrocitos), se reduce, los médicos hablan de anemia. La hemoglobina es necesaria para transportar el oxígeno. Los signos de una posible anemia son:
- Mareos
- Dolor de cabeza
- Palpitaciones
- Sensación de debilidad
- Dificultad de concentración
- Palidez (piel y mucosas)
Aunque siempre se presenta de la misma manera, la anemia puede tener una gran variedad de causas. Se pueden distinguir varias formas de anemia en función de la causa:
Poca producción o eritrocitos anormales debido a
- Anemia por deficiencia de ácido fólico, anemia por deficiencia de hierro, anemia por deficiencia de vitamina B12
- Anemia renal (insuficiencia renal)
- Cáncer que afecta a la médula ósea (leucemia, metástasis de otros tumores)
- Infecciones e inflamaciones que afectan a la médula ósea
- Trastornos genéticos de la formación de la sangre (por ejemplo, talasemia, anemia sideroacártica)
Pérdida de eritrocitos debido a
- Sangrado (también menstruación)
- Aumento de la degradación (hemólisis) debido a defectos enzimáticos, medicamentos, productos químicos
Alteración de la distribución del volumen sanguíneo suficiente debido a
- Embarazo
- Hiperesplenismo (bazo muy agrandado)
Causas combinadas o poco claras
- Enfermedades crónicas
- Enfermedades metabólicas (endocrinas)
Las mujeres adultas se ven afectadas con mucha más frecuencia (14%) que los hombres (sólo 1%).
Dos tercios de las anemias están causadas por la falta de hierro. La segunda causa más común es la infección (por ejemplo, por bacterias, virus, hongos, cáncer, enfermedades autoinmunes y enfermedades del corazón).